• Las jurisdicciones sanitarias y los hospitales estatales fueron abastecidos con medicamentos trombolíticos para fortalecer el manejo de enfermos críticos
Mediante la estrategia “Código Infarto” que con el adecuado aprovechamiento de recursos humanos, materiales y tecnológicos implementó la actual administración estatal, se fortaleció en Baja California Sur la atención de personas que registran emergencias cardiovasculares y que carecen de toda seguridad social, con lo que se amplían las posibilidades de mejorar su pronóstico.
Este esquema de intervención médica, que la Secretaría de Salud de la entidad estableció tras capacitar a su personal de primer contacto, así como gestionar fármacos y dispositivos especializados para el adecuado abordaje de estas urgencias, permitió que de octubre a la fecha se hayan brindado intervenciones oportunas a una veintena de pacientes que mostraron señales de alerta por ataque cardiaco, dijo la titular de la dependencia, Zazil Flores Aldape.
Para garantizar la operatividad de este modelo de atención se dotó a las cuatro jurisdicciones sanitarias (que coordinan la operatividad de los centros de salud) con desfibriladores automáticos y se abasteció a los hospitales foráneos de la Secretaría de Salud con medicamentos trombolíticos que pueden suministrarse para ampliar la sobrevida de las y los pacientes, en tanto son canalizados a la Unidad de Hemodinamia del Hospital Salvatierra.
Además se creó un grupo de mensajería digital en el que las y los directivos de hospitales estatales, cardiólogos de la institución y jefes jurisdiccionales están comunicados en tiempo real para definir el diagnóstico y manejo de personas con datos de alarma por infarto. Mediante la suma de estas acciones se han efectuado tres intervenciones quirúrgicas que permitieron salvar la vida de pacientes, en tanto que otros se han estabilizado y canalizado a otras especialidades médicas al corroborar que sus afecciones tenían otro causa patológica.
Adicionalmente se aplica la estrategia HEARTS, cuya prioridad es optimizar la detección temprana y seguimiento de pacientes con problemas cardiovasculares, como es la hipertensión y elevados niveles de grasa en la sangre, a fin de reforzar su tratamiento farmacológico y promover la adopción de estilos de vida saludable que reduzcan las posibilidades de padecer paros cardiacos o derrames cerebrales, finalizó.
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