#LaColumnade Alejandro Barañano 🖋️
Hace seis meses rindió protesta como alcaldesa de la ciudad de La Paz, MILENA QUIROGA ROMERO, y desde que entró en funciones solo ha venido dando tumbos sin saber a ciencia cierta qué hacer y peor aún que rumbo tomar.
Y lo digo porque las constantes quejas ciudadanas están basadas por los malos servicios públicos que se ofrece, el deficiente servicio de distribución de agua potable que hay en muchos hogares, por los cantidad de baches en las calles, por los parques totalmente sucios y por la fuerte disyuntiva que existe en lo referente al rubro de movilidad vial, el cual ha puesto en entredicho su capacidad para gobernar a la ciudad capital.
Además, en lo que va de este último medio año, ya se dio el lujo de subir las tarifas del agua, ya aumentó el impuesto predial, y a cambio de todo ello aún no se sabe nada –oficialmente- que ha sucedido con las auditorias que prometió realizar a la anterior administración municipal. En pocas palabras, MILENA QUIROGA ROMERO se la ha llevado haciendo mucho ruido con muy pocas nueces.
Por eso la esperanza de su dichoso cambio en la forma de administrar públicamente a La Paz lo ha echado totalmente por la borda en tan solo medio año, aunado a que con sus deficientes y mediocres funcionarios que puso por “mero dedazo” para cumplir con los compromisos que traía, poco o nada ha hecho para darle un nuevo rostro a la ciudad, esto y a pesar que fue algo que prometió una y otra vez durante su aburrida campaña proselitista que implementó.
Tal parece que MILENA QUIROGA ROMERO ha caído totalmente en la definición de lo que es un GOBIERNO FALLIDO, pues son muchos los que aseguran que no se deja ayudar por la enorme soberbia posee y la carencia total de humildad que tiene.
Ahora por si todo lo anterior no fuera poco, le sorraja a la ciudadanía un nuevo REGLAMENTO DE TRÁNSITO que según ella fue socializado, cosa que es mentira, y con el cual se modificó abruptamente el tabulador de las infracciones sin tomar en cuenta en mal momento económico que muchos viven a consecuencia de la pandemia y la galopante inflación que día con día golpea el bolsillo de todos.
Y es que resulta que para MILENA QUIROGA ROMERO ahora habrá que pagar por pasarse una luz roja de semáforo 9 mil 620 pesos; por estacionarse en una banqueta mil 442 pesos; por conducir a exceso de velocidad mil 924 pesos; por manejar tras una unidad de emergencia 2 mil 886 pesos y por obstruir la visibilidad en una esquina 2 mil 405 pesos.
Lo que realmente quiere y busca la alcaldesa paceña con todo este embrollo es disfrazar un ordenamiento municipal progresista para evitar accidentes con hacerse de más recursos, tal y como lo hizo –como ya dijimos- con el incremento en el costo de la distribución del agua potable y el impuesto predial.
Luego entonces queda claro que a MILENA QUIROGA ROMERO no le importa en realidad la seguridad de los ciudadanos, ni tampoco le importa la movilidad vial en la ciudad capital, aquí demostrado queda que lo urgente es generar multas descomunales dejando al descubierto su incongruencia que tiene al hablar y actuar, pues no se puede negar que en La Paz se tienen calles oscuras por la falta de alumbrado público, vialidades en pésimo por la exagerada cantidades de baches que existen, días y días sin agua potable en muchas colonias que afecta de manera lastimosa a cientos de familias, y donde el común denominador de las voces críticas son en el sentido de que: ¡ASÍ NO MILENA, ASÍ NO!. . . por lo que mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .
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