#LaColumnade ARIEL VILCHIS
Dice una frase que la política es para los políticos, los hay honestos, capaces, eficientes, profesionales; pero dentro de todo ese folclor también encontramos una sub especie que se puede distinguir claramente y es la de los grillos y chapulines.
En el arte de hacer política estos grillos y chapulines se caracterizan por llamar la atención por el ruido que hacen en los medios de comunicación y por sus saltos y maromas más que por su trayectoria política, resultados electorales o por representar verdaderamente causas ciudadanas.
Regularmente aparecen en periodo electoral al acercarse las campañas políticas o en la repartición de candidaturas, sin embargo, en algunas ocasiones se asoman en el escenario anticipadamente y resulta más fácil reconocerlos.
Grillo. A principios de diciembre, al enterarse por los medios de comunicación que ya no era el dirigente del Partido Verde en BCS (no le avisaron), Alejandro Tirado se dio en cuenta que el negocio se le había terminado. Por supuesto que como grillo profesional no se quedó quieto e inició una estrategia legal para mantenerse en el cargo, el cual ocupó por más de 4 años. Hasta ahora ningún tribunal le ha dado la razón.
Descalificando las decisiones de la dirigencia nacional del Partido Verde y envolviéndose en un manto de protector de los derechos de los militantes verde ecologistas, Alejandro Tirado grilla aferrándose a un espacio político al que nunca le aportó nada significativo. En su tiempo de dirigente nunca acrecentó la militancia, nunca ganó una elección. Su esencia es depredar, como las langostas. A cuanto pueda le hará un agujero para su propio beneficio.
Chapulín. Los hay de colores, verde, amarillo, azul, rojo o café. Saltan de un lado a otro, sin ningún problema cambian de lugar. Se mueven, vuelan sin reprocharse nada. No tienen moral
Los chapulines de la política no son nuevos y en el caso de Joel Vargas, ex diputado local, le da igual traicionar a su antiguo partido (el PRI) y servir en gobierno emanado del PANAL (administración de Felipe Prado en Mulegé) o jurarle lealtad a Ricardo Barroso y terminar afiliándose por “convicción y principios” a Movimiento Ciudadano.
Frecuentemente los chapulines son ruidosos, pero solo eso. Así que en el Movimiento Naranja deben prepararse para que su nueva adquisición les haga mucho ruido pero nada de resultados. ¿O acaso Joel Vargas llegó con cientos de ciudadanos apoyando sus futuras aspiraciones? En Mulegé no lo quieren y en La Paz no lo conocen. Así las cosas.
No es que estos grillos y chapulines merezcan más que la atención necesaria, aquí lo importante es que ya asomaron la cabeza y mostraron su verdadero rostro.
Ya veremos qué sucede, es mi opinión, al tiempo…
Sus cometarios a rostrosyperfilesbcs@gmail.com
Comentarios
Publicar un comentario