BURÓ POLÍTICO
POR ARIEL VILCHIS
Los usos y costumbres, mafiosas, no cambiarán en el PRI. Esos arreglos, que no son acuerdos y compromisos demócratas sino viles complicidades revistadas de alianzas políticas, son las que imperan a la hora de definir dirigencias o candidaturas. No hay de otra, y no puede haber de otra, ya que con Peña Nieto la práctica del saqueo empresarial-gubernamental de las arcas públicas se estableció casi como requisito para cualquier empoderamiento priista.
De tal suerte, que la postulación del bebesaurio del “Alito” Moreno Cárdenas para la dirigencia nacional del PRI es producto de un pacto mafioso entre algunos gobernadores y el expresidente Peña Nieto, ora sí que representado por el “Chino Ojón” de Osorio Chong, ya que como contrapeso del “Alito” le han puesto como fórmula en la Secretaría General a Carolina Viggiano Austria, una política hidalguense del grupo de Osorio Chong, esposa del “cerebro de mapache electoral” Rubén Moreira Valdez, con la víspera de hacer gobernadora de Hidalgo a Viggiano.
El anterior cuadro de complicidades nacionales, también se reproduce en las entidades, por eso canta victorioso el “Ricky” Barroso por llevarla bien con el “Alito” Moreno y casi ser parte de la familia Moreira, además de que con Osorio Chong no la lleva mal y, en todo caso, ahí están sus padrinos Emilio Gamboa y Pepe Meade. Pero no estará solo en esa pírrica victoria, le acompañarán la “Zombie” de Esthela Ponce -muerta electoralmente, pero viva dentro del PRI, con todo y sus desencuentros pasados, presentes y futuros- y Juan Alberto Valdivia, dada su relación con Pepe Meade y demás personajes de la foto del 14 de febrero.
Tomando en cuenta lo anterior, el “Ricky” ya se frota las manos al imaginar a Andrés Liceaga como presidente del CDE del tricolor, acompañado por alguna “poncista” de alta escuela como la Rosy Montaño o la Susy Aguilar, y gente de Valdivia como el Berni Montiel, desapareciendo del CDE cualquier vestigio del grupo croquista que encabeza el Diputado Federal Isaías González Cuevas, quien al verse desplazado muy seguramente amenazará con emigrar a MORENA, amenaza que si le moverá el tapete al “Alito”.
Y en toda esta red de complicidades y pactos mafiosos, ¿dónde queda la militancia priista talachera -en vías de extinción- esa que hace posible todavía la representación del ex partidazo en algunas colonias y comunidades? EN EL DESPRECIO ¿dónde más? si antes, cuando estaban en el poder federal, esa militancia de tierra fue despreciada totalmente. No vemos por qué cambie esa actitud, solo que se haga una consulta a la base por allá en noviembre y entonces sí, hasta el “Alito” se ensuciará sus zapatos Salvatore Ferragamo con tal de hacerse popular entre las exiguas tropas priistas de unos comités seccionales inexistentes. Ya veremos, es mi opinión, al tiempo…
Sus comentarios a rostrosyperfilesbcs@gmail.com
POR ARIEL VILCHIS
Los usos y costumbres, mafiosas, no cambiarán en el PRI. Esos arreglos, que no son acuerdos y compromisos demócratas sino viles complicidades revistadas de alianzas políticas, son las que imperan a la hora de definir dirigencias o candidaturas. No hay de otra, y no puede haber de otra, ya que con Peña Nieto la práctica del saqueo empresarial-gubernamental de las arcas públicas se estableció casi como requisito para cualquier empoderamiento priista.
De tal suerte, que la postulación del bebesaurio del “Alito” Moreno Cárdenas para la dirigencia nacional del PRI es producto de un pacto mafioso entre algunos gobernadores y el expresidente Peña Nieto, ora sí que representado por el “Chino Ojón” de Osorio Chong, ya que como contrapeso del “Alito” le han puesto como fórmula en la Secretaría General a Carolina Viggiano Austria, una política hidalguense del grupo de Osorio Chong, esposa del “cerebro de mapache electoral” Rubén Moreira Valdez, con la víspera de hacer gobernadora de Hidalgo a Viggiano.
El anterior cuadro de complicidades nacionales, también se reproduce en las entidades, por eso canta victorioso el “Ricky” Barroso por llevarla bien con el “Alito” Moreno y casi ser parte de la familia Moreira, además de que con Osorio Chong no la lleva mal y, en todo caso, ahí están sus padrinos Emilio Gamboa y Pepe Meade. Pero no estará solo en esa pírrica victoria, le acompañarán la “Zombie” de Esthela Ponce -muerta electoralmente, pero viva dentro del PRI, con todo y sus desencuentros pasados, presentes y futuros- y Juan Alberto Valdivia, dada su relación con Pepe Meade y demás personajes de la foto del 14 de febrero.
Tomando en cuenta lo anterior, el “Ricky” ya se frota las manos al imaginar a Andrés Liceaga como presidente del CDE del tricolor, acompañado por alguna “poncista” de alta escuela como la Rosy Montaño o la Susy Aguilar, y gente de Valdivia como el Berni Montiel, desapareciendo del CDE cualquier vestigio del grupo croquista que encabeza el Diputado Federal Isaías González Cuevas, quien al verse desplazado muy seguramente amenazará con emigrar a MORENA, amenaza que si le moverá el tapete al “Alito”.
Y en toda esta red de complicidades y pactos mafiosos, ¿dónde queda la militancia priista talachera -en vías de extinción- esa que hace posible todavía la representación del ex partidazo en algunas colonias y comunidades? EN EL DESPRECIO ¿dónde más? si antes, cuando estaban en el poder federal, esa militancia de tierra fue despreciada totalmente. No vemos por qué cambie esa actitud, solo que se haga una consulta a la base por allá en noviembre y entonces sí, hasta el “Alito” se ensuciará sus zapatos Salvatore Ferragamo con tal de hacerse popular entre las exiguas tropas priistas de unos comités seccionales inexistentes. Ya veremos, es mi opinión, al tiempo…
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