Cafe POLÍTICO
Oscar Cabrera.
Todo indica que ya se tornó en una estrategia típica y frecuentemente recurrida por parte del octagenario líder croquista Isaías González Cuevas, cacique y mandamás de lo que queda -entre los escombros- de la franquicia priista, las ridículas y burdas protestas de las huestes del Senador contra todo lo que vaya en dirección opuesta a sus intereses.
En este caso, todas las baterías se encaminan al objetivo de presionar –vía la protesta pública- al Instituto Estatal Electoral en Baja California Sur, para que NO fructifique la impugnación del grupo Barrosista contra la determinación de este órgano electoral, el cual hizo entrega de la primera regiduría priista, en un criterio de equidad a Isis Álvarez, hija de Ernesto Álvarez Gámez, Delegado del Trabajo y alfil del legislador.
Esa decisión que afectó, excluyendo la asignación otorgada en favor de Pedro Barroso Agramont, como primero en la lista plurinominal.
Entendemos los recursos legales a los que se haya que apelar, si, lo que no se termina de entender, es que todo lo que no convenga a sus cuestionados intereses, se tenga que recurrir a la demanda pública, con los mismos criterios y personas.
Enfocar su presión ante el IEE, donde se realizó un esfuerzo extraordinario para atender a una población que se volcó a votar democráticamente, es una señal inequívoca de la sinrazón.
Todos piden a gritos que el traidor González Cuevas, aclare su papel al interior del PRI, que saque las manos del partido, que deje de utilizar al PRI como su membrete particular para seguir enriqueciendose y permita la llegada de una dirigencia que exija su derecho como militante, sobre todo, el derecho a determinar su futuro.