Café Político
Oscar Cabrera
Las pifias de Isaías González Nava, flamante coordinador de la campaña de José Antonio Meade en BCS que tienen hoy sumida la campaña presidencial en un inmovilismo inexplicable, sin duda es el resultado evidente del gran error de haber entregado esta responsabilidad como una concesión más y no como una determinación estratégica fundamental para que el PRI lograra los niveles de penetración y posicionamiento político óptimos y esperados en un estado gobernado desde 1999 por gobiernos de oposición.
La falta de carisma, de organización interna y por supuesto de capacidad y conocimiento político para lograr concitar esfuerzos básicos en un marco de unidad partidista, tienen sumido al PRI y a sus candidatos en una crisis seria cuyo destino ineludible es la derrota.
Los intentos de González Nava por estructurar un discurso atractivo para la militancia y la ciudadanía ha sido infructuosa, ha restado más que sumando, ha dividido más que cohesionado y eso explica el estado desastroso de una campaña que nunca tuvo pies ni cabeza, pisoteando a grupos ajenos al que comanda su padre, desde el liderazgo nacional de la CROC.
Isaías González Nava hizo su debut y despedida. No cuajó ni como servidor público ni como político. El daño está hecho.
Oscar Cabrera
Las pifias de Isaías González Nava, flamante coordinador de la campaña de José Antonio Meade en BCS que tienen hoy sumida la campaña presidencial en un inmovilismo inexplicable, sin duda es el resultado evidente del gran error de haber entregado esta responsabilidad como una concesión más y no como una determinación estratégica fundamental para que el PRI lograra los niveles de penetración y posicionamiento político óptimos y esperados en un estado gobernado desde 1999 por gobiernos de oposición.
La falta de carisma, de organización interna y por supuesto de capacidad y conocimiento político para lograr concitar esfuerzos básicos en un marco de unidad partidista, tienen sumido al PRI y a sus candidatos en una crisis seria cuyo destino ineludible es la derrota.
Los intentos de González Nava por estructurar un discurso atractivo para la militancia y la ciudadanía ha sido infructuosa, ha restado más que sumando, ha dividido más que cohesionado y eso explica el estado desastroso de una campaña que nunca tuvo pies ni cabeza, pisoteando a grupos ajenos al que comanda su padre, desde el liderazgo nacional de la CROC.
Isaías González Nava hizo su debut y despedida. No cuajó ni como servidor público ni como político. El daño está hecho.